WASHINGTON— El Centro para la Diversidad Biológica advirtió hoy que las regulaciones mexicanas contra el aleteo de tiburón están muy por debajo de los estándares internacionales y de las leyes de conservación de EE. UU. Por ello, presentó una solicitud formal ante el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas de EE. UU. (NMFS) para que México sea “identificado” conforme a la Ley de Protección de la Moratoria de Redes de Deriva en Alta Mar.
México se ubica entre las principales naciones dedicadas a la captura y exportación de tiburones, pero todavía no exige que las aletas permanezcan unidas al cuerpo hasta el desembarque ni prohíbe la compra, venta o posesión de las mismas. En Estados Unidos, la Ley para la Supresión de la Venta de Aletas de Tiburón de 2022 abolió por completo ese mercado, y cada vez más países adoptan disposiciones similares. En cambio, en México las disposiciones sobre el aleteo —establecida en la Norma Oficial Mexicana NOM-029-PESC-2006— siguen siendo insuficientes para erradicar esta práctica.
“Las normas mexicanas no bastan para evitar el aleteo masivo de tiburones”, señaló Sarah Uhlemann, directora del programa internacional del Centro. “Al no exigir que las aletas permanezcan adheridas, México incumple los estándares de EE. UU. y la tendencia global. Los tiburones pagan el precio más alto, y ese daño se propaga a toda la cadena alimentaria marina”.
En las últimas cinco décadas, la pesca industrial ha reducido en más del 70 % las poblaciones de tiburones oceánicos, depredadores clave para el equilibrio de los ecosistemas marinos. En 2023, la flota mexicana desembarcó más de 46 mil toneladas de tiburón, principalmente en el Pacífico, incluyendo miles de tiburones sedosos —catalogados como vulnerables por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)—, así como tiburones martillo y tiburones oceánicos de punta blanca, ambos clasificados como en peligro crítico por la UICN.
Numerosos países ya exigen que las aletas permanezcan unidas al cuerpo hasta el desembarque, y EE. UU. prohíbe por completo posesión y comercio de aletas. Sin embargo, México mantiene regulaciones obsoletas que permiten prácticas rechazadas en muchas partes del mundo.
Según la Ley de Protección de la Moratoria de Redes de Deriva en Alta Mar, el NMFS debe “identificar” a cualquier país que no adopte medidas comparables a las de EE. UU. Si una nación no actualiza su marco legal en dos años, EE. UU. podrá imponer sanciones comerciales a sus importaciones pesqueras.
Con esta petición, el Centro insta al NMFS a iniciar de inmediato el proceso de identificación de México y a dialogar con las autoridades mexicanas para impulsar normas que garanticen el arribo de los tiburones con las aletas adheridas y prohíban totalmente su comercio. Solo así se cerrará una brecha crítica en la conservación internacional de tiburones y se evitará premiar a quienes toleran el aleteo bajo regulaciones ineficaces.